Voz Audiovisual

“El final del Camino”, miércoles por la noche en La 1 y TVG

16/1/2017

El pasado miércoles, Televisión Española y Televisión de Galicia reinaron en el prime time con el estreno de “El final del Camino”. La 1 lideró la noche con un 13% de cuota de pantalla y 2.170.000 espectadores de audiencia media. Además, la cobertura de la cadena ascendió a 5,2 millones con un fidelidad del 41%. En Galicia, “O final do Camiño” (TVG) sumaba 159.000 espectadores más a la ficción de Voz Audiovisual. Gonzalo, Pedro y Esteban de Catoira se colaron en los domicilios de los espectadores, ansiosos por ver las aventuras de estos hermanos del siglo XI, inmersos por una desventurada infancia en algunos de los trances más significativos de la historia de nuestros país. Una historia épica con la construcción de la catedral de Santiago y el fenómeno del Camino a Compostela como trasfondo. Galicia, 1.075, un ataque Sarraceno ha asolado Catoria. Dos niños, Gonzalo y Esteban, han conseguido escapar, pero no ha podido evitar la muerte de su madre, ni el secuestro de su hermano Pedro. Junto a otros supervivientes y bajo la custodia de Diego Peláez, obispo de Compostela, viajarán hasta Santiago, donde las primeras piedras de la catedral están comenzando a colocarse. Así arrancaba la serie. Han pasado diez años y el pequeño Esteban trabaja como aprendiz en las obras de la catedral. Su hermano Gonzalo, casado con Elvira, la boticaria de la ciudad, es el jefe de la guardia de Peláez y su hombre de confianza. Sin embargo, aún le atormenta el recuerdo de su hermano Pedro, raptado por los guerreros musulmanes. Compostela crece, de la misma manera que lo hacen los muros de su catedral. La ciudad atrae a comerciantes y peregrinos. Hasta allí viaja la reina Constanza de Borgoña, esposa de Alfonso VI con un doble propósito: recaudar la plata de Compostela para ayudar a su esposo en el sitio de Toledo, y hacer llegar a Gonzalo la noticia de que su hermano Pedro aún vive, aunque prisionero en la ciudad. Gonzalo pone su vida en peligro para rescatar a Pedro y ambos regresan sanos y salvos a Santiago, donde se reúnen con Esteban y Elvira, amante esposa del hermano mayor. Pero no todo es lo que parece y los espectadores que siguieron el primer capítulo de esta historia, que mezcla personajes históricos y de ficción, saben que Pedro de Catoria podría no ser exactamente lo que sus supuestos hermanos esperan de él. ¿Quién es realmente? Han acogido en su casa a un hombre al que tan sólo les liga una vieja cruz de madera. Con él comparten su techo y su pan... y que podría ambicionar algo más. Diego Peláez continúa intrigando para conseguir poner a García en el trono. Para ello precisa la alianza con Guillermo de Normandía, la cual se fraguará por medio de su hija Adela, que llega a Compostela. Ella es el arma que Peláez necesita para terminar de convencer a los señores y nobles de Galicia. Sin embargo, todo esto debe hacerlo a espaldas de Gonzalo, que ahora cumple una misión para la reina Constanza: conseguir una prueba de la traición de Peláez. La situación entre Peláez y Gonzalo pronto se hace insostenible y, sin una guardia que le sea fiel, el obispo comienza a planear la forma de asegurarse el poder, aunque para ello deba enfrentarse al que un día consideró su hijo. Pedro, una vez recuperado de su reclusión en Toledo, comienza a sentirse atraído por Elvira. Pedro y Animal se centran en investigar la muerte de Ahmed, el esclavo árabe asesinado. Pero de esa investigación nada bueno puede salir. Esteban cada vez goza de mayor prestigio gracias a las indicaciones del misterioso monje, al que parece no conocer nadie y que, en esta ocasión, le va a mostrar algo mucho más allá de lo que Esteban podría imaginar. La visión de una Catedral inconcebible, asombrosa, que afectará a Esteban hasta llevarlo a los límites de su cordura. Mientras todo esto sucede en Compostela, en Sevilla Yusuf, con su ejército almorávide, se ha ido haciendo con el poder sin encontrar demasiada oposición; a los que no comulgan con su propuesta los pasa por la espada. Ante esta situación, Al-Mutamid decide ganarse el favor de Alfonso VI enviándole a su hermosa hija Zaida como ofrenda de paz.

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